martes, 24 de marzo de 2020

LOS FINES DEL ESTADO. (II PARTE)




Dejado a salvo el propio fin de subsistir, esto es seguir siendo un Estado a pesar de todos los elementos que hayan en contra, utilizando para ello a la política, a la diplomacia, a los instrumentos de gobierno administrativos que estén a su alcance, incluso la Guerra como un instrumento de disuasión o de imposición para seguir existiendo, quedan otros fines del Estado a la vista.

Otra finalidad del Estado es la de elaborar leyes que sean afines o gusten o no a los gobernados, esto corresponde en un estado democrático al Poder Legislativo, que debe tomar en cuenta los factores existentes para hacer las leyes, es posible que algunas leyes no sean del agrado de los gobernados, pero son indispensables para que se realicen los servicios, se paguen a quienes los hacen, se pague a los particulares que con su industria o capacidad pueden construir obras de gran utilidad o prestar servicios indispensables al Estado. No debemos olvidar que existen obligaciones que no nos gusta realizar, como el pagar impuestos, o entregar aquellos bienes que son expropiados por causa de interés público, para pagar a maestros y médicos, etc.

También necesitamos un sistema de resolución de conflictos, para eso el Estado debe proporcionar un Poder Judicial que se encargue de ellos, dotando jueces y sistemas de verificación de la legalidad y constitucionalidad de las resoluciones, así como su inspiración en principios de derecho como son la justicia, la equidad y que no sean contrarios a la moral de los gobernantes.

Es, además, uno de los propósitos del Estado proporcionar algunos servicios vitales, como la educación a la niñez y juventud, de manera que esta educación les permita competir en una Estado donde existe la libre competencia, como es el estado moderno, hay que tomar en cuenta, que el Estado obtiene un gran beneficio educando a los jóvenes, pues puede influir sobre ellos en algunos aspectos sociales importantes, como el amor a la Patria o Estado, la comprensión de la forma de operar del propio Estado, como la conveniencia de pagar impuestos, de contar con sistemas de ahorro para el retiro, la necesidad de defenderse, etc.

Además del servicio educativo, todo estado debe tener un sistema de salubridad que le permita en primer lugar detectar enfermedades que puedan mermar a la población, como esta ocurriendo ahora, en que México se encuentra afectado por una Pandemia mundial. Contar con un número de médicos, que han estudiado en otros países, es de enorme ayuda, pues hay que recordar que en el pasado hubo otras pandemias, contra la cuales no supimos luchar, en este territorio, durante los años posteriores a 1520, hubo grandes epidemias que contagiaron y dieron muerte a millones. Este sistema de salubridad se entremezcla con el sistema de comunicación pública, y también el sistema de atención personal a sus miembros, también es un sistema que debe procurar protección a las personas ancianas, que dedicaron gran tiempo a nuestro presente, y también a las personas que tienen enfermedades crónicas, es decir, aquellas que no se curarán, pero que seguirán viviendo un largo tiempo.

El Estado, también debe garantizar un sistema de policía administrativo, civil, que proteja la integridad de sus gobernados, de su patrimonio e incluso de sus ideas, ante amenazas no judiciales, en consecuencia sin necesidad de acudir al sistema judicial, es decir que ante amenazas inminentes, deben existir soluciones inmediatas, esa protección es dada por la fuerza policiaca.

Los estados no pueden permanecer sordos ante aquellos bienes que son la riqueza de sus naciones, sabemos que no todos los países tienen el mismo tipo de recursos naturales, y en esos casos, es legítimo tener áreas administrativas que se encarguen de estudiar, cuidar y mejor administrar esos recursos, como lo prueba la aparición del Estado, que permitió no solo cobrar más y más altos impuestos, sino incluso que los estados crearan departamentos u organizaciones encargados de ellos, por ejemplo México creó Petróleos Mexicanos o Pemex, que fue primero la administradora única de las ventas del petróleo crudo, y también quien se encargaba de producir gasolinas, aceites y derivados del petróleo, lo cual produjo grandes ingresos a la Hacienda mexicana, En el mismo sentido existen organismos encargados del Uranio y de actividades altamente benéficas, como la pesca, la minería, y organismos en los que el Estado solo es socio en los fideicomisos, sociedades por acciones y aún en institutos de investigación como la agencia mexicana de energía nuclear, o la Secretaría de Energía, también existen entidades dotadas de autonomía como las universidades, y una legislación especial para los trabajadores.

En suma constituyen un fin tendiente a la mejor administración de nuestros recursos, su estudio y preservación, con la finalidad de que los recursos provenientes de esas actividades proporcionen la riqueza necesaria para otras finalidades.

Todas las mencionadas actividades son finalidades diversas de nuestro Estado y de todos los estados, no obstante algunos son víctimas de su riqueza e imposibilidad de conservarla, como los países africanos que viven bajo organizaciones criminales que explotan sus recursos naturales como diamantes, rubíes “de sangre”, Coltán y otros materiales preciosos, en países donde se esclaviza a los mineros, también a sus naciones que frecuentemente se encuentran bajo gobiernos impuestos por las armas, con la finalidad de apropiarse de sus riquezas.

Un aspecto curioso es que nuestra constitución mexicana no menciona ningún fin a nuestro país como Estado, esto ha sido considerado por muchos autores como algo negativo, pero opino que es positivo, pues no existe una sola motivación final en nuestra constitución, dejando con esto que nuestra constitución evolucione libremente y no sometida a determinados fines.

En todo caso, muchos países tienen en su propia constitución o en los documentos que van adjuntos a ella, una serie de finalidades, eso es muy frecuente en Hispanoamérica, por la influencia norteamericana, por lo que vale la pena mostrar las indicaciones de finalidad de la Constitución norteamericana, por lo que debemos considerar que la Constitución de Estados Unidos de América fechada en 1787, es la primera constitución escrita y ha inspirado a muchas constituciones de nuestro continente y el mundo. Su influencia y el poderío de esa nación en nuestro continente, ha provocado que muchos estados comiencen con el preámbulo norteamericano donde se establece la finalidad del Estado, casi con las mismas palabras que la constitución norteamericana en su famoso Preámbulo, donde establece su finalidad:

“Nosotros, el pueblo de Estados Unidos, a fin de conformar una Unión más perfecta, establecer la justicia, asegurar la tranquilidad interior, proveer lo necesario para la defensa común, promover el bienestar general y salvaguardar las bendiciones de la libertad para nosotros y nuestra posteridad…”

Y en 1863 Abraham Lincoln, en su popular discurso en Gettysburg, dijo la siguiente frase, que es la frase mas popular de norteamérica, en la cual también se cifran los fines de ese estado.

“.. que todos los Hombres son creados iguales, que su Creador los ha dotado de ciertos Derechos inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad. Que para asegurar estos Derechos se instituyen Gobiernos entre los Hombres, los cuales derivan sus Poderes legítimos del Consentimiento de los Gobernados.”

 Por Antonio Limón López.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Los fines del Estado


Como ya sabemos el Estado moderno nace en 1492, en tanto que el Feudalismo (Que existió sin competencia hasta 1492) y la Edad Media iniciaron su inexorable final. Por lo que antes de seguir con el tema, permítanme insistir que el Feudalismo pretendía todo lo contrario que el Estado moderno, pues  disgregaba el poder en decenas o cientos de señores feudales con poder absoluto sobre sus territorios o feudos, mientras que el Estado pretendía, lo contrario, es decir la unificación del poder en el mismo territorio, poner fin al feudalismo y a los señores feudales, en suma, dar a un centro político el gobierno único, sin otra soberanía y que es la característica del Estado moderno e incluso hoy en día.

A partir de 1492 faltaría un trecho en tiempo y en acontecimientos para que poco a poco los feudalismo existentes, fueran perdiendo su vigencia. El propio Nicolás Maquiavelo, acertó cuando en la parte final de su obra más conocida “El Principe” propuso a un destacado gobernante de Florencia de la familia Medici, que sirviera a la finalidad de ese libro y de su argumento, que sería la unificación de lo que ahora llamamos “Italia”.

Sabemos que el Estado y todo Estado es moderno por definición, tiene tres elementos, la población, el territorio y el gobierno al cual ahora nos referimos. Como hemos visto el estado requiere para su existencia de la consolidación de la unidad de mando, de dirección, de poder, es decir la unidad política y administrativa de Gobierno. Como ya sabemos, cuando el poder y el gobierno recae sobre entidades diversas, no estamos ante un “estado”, sino ante un estado sometido, esto no contradice que todos los estados modernos cedan o pierdan un poco de su poder, o de su soberanía mediante tratados internacionales, que van desde un tratado de comercio, de colaboración en materia de salud o de educación, como es normal y que incluso se traduzcan en organizaciones mundiales como la Organización de las Naciones Unidas, Organización de los Estados Americanos, Tratado del Atlántico Norte, solo por citar unos pocos de los muchos que existen.

Es a partir de este punto que dada la accidentada historia del Estado en su afán de imponerse a otros poderes políticos dentro de su territorio, que su enemigo más formidable que es el Feudalismo poco a poco dejó de existir, pues su existencia se basó en dividir el poder dentro del territorio, debido a que los señores feudales y sus gobiernos desconocían al poder de sus soberanos, haciendo imposible de esta manera que existiera el Estado ya sea por la debilidad de su gobierno o por la incapacidad para imponerse, eso fue así, hasta que el Estado apareció en 1492, año  en que los reyes de España pudieron tomar pleno control de sus territorios, de su sociedad y establecieron un solo gobierno y los señores feudales pasaron a ser simples vasallos de su rey, es decir que el “poder” dejó de estar en manos los señores feudales y en los reinos feudales.

Así nació el “Estado”, que por definición es “moderno”, y que caracteriza además a la modernidad, pues esta nace con él. Sin embargo el estado tiene sus propios avatares, su propia historia particular, es decir la historia de cada una de los estados en que existe, todos los diferentes estados tienen su propia historia y su realidad actual, pero sin diferir de los elementos del Estado que ya hemos enunciado. Por todo lo anterior, la primera pregunta que surge sobre este tema, que debe ser tanto una pregunta de historia, como de política y que es relativa al Estado mismo: ¿El Estado tiene fines, metas, propósitos y si estos existen, cuáles son?

Esta es una pregunta acuciante para la Teoría del Estado: ¿Debe el Estado tener fines que se justifiquen moralmente o el Estado puede existir al margen de cualquier fin moral o ético? ¿Debe el Estado tener una moral o ética que sobrepase al individuo? Dicho con toda claridad, el ¿Estado tiene que tener una justificación moral para existir? Y pienso que la respuesta es sí,  pero esa moral difiere de la moral que nosotros practicamos a diario, difiere de esa moral con la que educamos a nuestros hijos o ahora los jóvenes, digo “difiere” porque siendo una moral distinta, tiene elementos que nosotros moralmente aceptamos e incluso que consideramos necesarios.

Procedo a explicarme, uno de los fines del estado y tal vez el mayor, es el de subsistir, el de no dejarse poner fin y sobrevivir dentro de la historia y claro como concepto de nuestro estudio equivale a vivir ahora y para siempre. Esto es una finalidad con la que todos estamos de acuerdo, pues todos deseamos sobrevivir como también el estado lo desea, sin embargo nosotros deseamos en los personal sobrevivir sin acudir a la fuerza, es decir a aquello que desde el punto de vista de Max Weber llama la “Violencia Legítima”, tan importante que es la parte central de su definición del estado, al que llama “la entidad que posee la violencia legítima” que es administrada como sabemos no por cada uno de nosotros los gobernados, parte de la población, sino únicamente por el Gobierno, y ya sabemos que en Estado Moderno solo hay un gobierno.

Si bien el Estado debe subsistir, es natural que recurra a la Violencia Legítima, aceptamos también como un hecho que la violencia sea también “ilegítima”, pues es un hecho que los países modernos sostienen algunas entidades que se dedican a espiar y a asesinar enemigos políticos, sean extranjero o connacionales, sin embargo no es este nuestro asunto de interés, el cual dejamos por un lado, y simplemente recurrimos a los medios de violencia “legitima” como  la Guerra a la cual se ha definido incluso como la fase última de la diplomacia.

En todo caso, el tema de la justificación de la guerra como un recurso legítimo del estado, como un recurso moral, no es el tipo de moral con la cual los padres educan a sus hijos, por lo cual debemos aceptar que la moral del Estado difiere de la moral de padres, hijos o amistades.

Por Antonio Limón López.

NOTA.- Los estudiantes deberán hacer grupos de un máximo de tres personas, leer en voz alta dicho artículo en presencia de los miembros del grupo, y entonces elaborar preguntas sobre dicho artículo, por último deberán proponer otros fines del Estado, esto al correo limonuno@gmail.com
Agradezco su atención y les deseo que no enfermen del #Covid2019, ni de ningún otra enfermedad.

Jardín, glorieta y camellón.